En un mundo donde cada encuentro deja una huella, a menudo nos encontramos navegando en mares de energía invisible. Con cada conversación, cada sonrisa y cada mirada, tomamos prestada una parte de lo que nos rodea. Pero, ¿qué sucede cuando aquellos intercambios están teñidos de sombras? Cuando, sin advertirlo, podemos estar absorbiendo energía negativa que nos envuelve como una niebla densa y oscura. Es hora de adentrarnos en las señales sutiles que pueden indicar que eres un recipiente de vibraciones no deseadas.
Los signos en tu cuerpo y mente
El cuerpo es un barco que surca las aguas de la realidad y, como tal, se convierte en un espejo de nuestras experiencias emocionales y espirituales. ¿Te has sentido últimamente fatigado sin razón aparente? Esa sensación de cansancio que no se alivia con un buen descanso puede ser un indicativo de que has estado absorbiendo energía negativa. Los dolores frecuentes, especialmente en la cabeza o el estómago, son señales que el cuerpo usa para alertarte sobre el equilibrio perdido. Cuando la tensión emocional de quienes te rodean se convierte en un peso que llevas sin ser consciente, tu bienestar comienza a tiritar como una llama en el viento.
La influencia de las personas a tu alrededor
Las relaciones son un campo de energía muy dinámico. Cada persona que cruzamos en nuestro camino trae consigo una vibración particular. Tal vez has notado la presencia de individuos que, en lugar de ofrecer luz, parecen arrebatarla. Si después de hablar con alguien te sientes drenado, irritado o ansioso, es posible que estés absorbiendo su energía negativa. Es como si tú, un vaso de cristal, te llenaras de agua contaminada, incapaz de liberarte de ella. La empatía puede ser una cualidad hermosa, pero también puede convertirte en un imán para las vibraciones que no son tuyas.
Los cambios en tu estado emocional
Las emociones también pueden servir como barómetros de tu estado energético. Cambios súbitos en el estado de ánimo, episodios inesperados de tristeza o irritabilidad, son indicativos de que hay una fiebre espiritual que no te pertenece. Imagina estar en una sala repleta de humo; de repente, encuentras difícil respirar. La manifestación externa de emociones ajenas puede ser un reflejo de ese humo energético que a veces se cuela en nuestras vidas sin que lo notemos. Las lágrimas que brotan de la nada o la sensación de desasosiego son vientos fríos que muestran la llegada de la tormenta. Si sientes que tus emociones son intensas y desconcertantes, es fundamental preguntarte: ¿son realmente mías?
La importancia del espacio personal
Tu entorno también juega un papel crucial en la conexión con tu energía. Observa tu hogar; un lugar lleno de desorden debe ser despejado, ya que puede actuar como un imán para la energía negativa. Tómate un momento para meditar en el espacio que ocupas. Si hay una sensación de pesadez, como si las paredes estuvieran cargadas de memorias adversas, es momento de limpiarlas. Las plantas, el fuego de una vela, e incluso un poco de sal pueden actuar como purificadores, como herramientas mágicas para quitar las telarañas de energía densa que a veces se albergan en nuestros espacios.
Reconociendo tus propias vibraciones
Escuchar las señales de tu cuerpo es fundamental, pero igualmente importante es observar cómo respondes a las energías en juego. Pregúntate: ¿cómo te sientes cuando estás rodeado de alegría, amor o desesperación? Las vibraciones que emites pueden cambiar al sumergirte en ambientes cargados. La meditación y las prácticas de conexión te permitirán afinar tu radar en la percepción de estas energías. Te invito a llevar un diario espiritual donde anotes tus sentimientos después de encuentros significativos. A través de esta práctica, empezarás a discernir entre lo que es tu energía y lo que has absorbido.
Protegiendo tu energía
En este viaje de autoconocimiento, no olvides que tienes el poder de cerrar la puerta a lo que no te nutre. Visualiza una luz de colores envolviéndote, un escudo de energía que impide que lo negativo te afecte. Cada vez que sientas que estás en el camino de absorber energía no deseada, recuerda que tu intuición es tu mayor aliada. Rodéate de arte, de naturaleza o de la compañía de quienes transmiten luz. Al final, somos las vibraciones que elegimos mantener; cuidemos cuidadosamente de nuestro bienestar espiritual.
Absorber energía, tanto positiva como negativa, es una realidad intrínseca de la experiencia humana. Ser consciente de ello es el primer paso hacia la autodefinición y la protección de tu esencia. La próxima vez que sientas ese nudo en el estómago o la pesadez en el corazón, mira a tu alrededor, no solo al mundo físico, sino también a la energía que te envuelve. La vida es un viaje donde cada experiencia se entrelaza, y en ese tejido se encuentra la oportunidad de entendernos a nosotros mismos.
Bruno Álvarez 🔮 es antropólogo social especializado en rituales y tradiciones populares. Su formación en la Universidad de Barcelona le abrió las puertas a la investigación de campo, donde descubrió el valor simbólico de las ceremonias, los amuletos y las prácticas de videncia que todavía se conservan en la cultura mediterránea.
Ha participado en proyectos de investigación etnográfica sobre rituales de paso y protección en comunidades rurales, y ha colaborado en publicaciones académicas dedicadas a la antropología de lo sagrado. Su mirada combina la curiosidad del investigador con la capacidad de narrar experiencias vividas en primera persona durante sus viajes y entrevistas.
En Maestro Místico, Bruno escribe sobre rituales, amuletos, práctica de videncia y objetos, mostrando cómo lo ancestral se mantiene vivo en las celebraciones y costumbres actuales.
Apasionado de la fotografía analógica, recorre pueblos y ferias esotéricas documentando con su cámara las prácticas que aún hoy perviven.