La bruma de la noche se cierne sobre una ciudad en ruinas, faros de luz mortecina parpadean entre los escombros, revelando sombras que se deslizan con una agilidad inquietante. Un chillido gutural resuena y hace eco entre los edificios destartalados, un sonido que envuelve el aire con una sensación de inminente desesperación. Este es el mundo de ‘The Last of Us’, donde los Clickers, esos monstruos que solían ser seres humanos, emergen como el más horrible recordatorio de un pasado no muy distante. El terror que irradian trasciende lo físico; se infiltra en la psique, evocando el miedo más profundo a lo desconocido.
El regreso del miedo primordial
Los Clickers son más que simples infectados; son una representación viviente del terror que acecha en la oscuridad de nuestro propio ser. Creados a partir del hongo Cordyceps, que ha devastado la humanidad, estos seres reflejan la transformación y descomposición no solo de cuerpos, sino de la moralidad y la esperanza. La evolución del virus los convierte en criaturas que, ya sin el vestigio de su humanidad, se guían a través del sonido, un sentido intensificado que les permite captar la vibración de la vida que aún persiste a su alrededor. En un mundo donde la supervivencia se ha vuelto una lucha cotidiana, los Clickers representan el retorno del miedo primordial, ese que nos recuerda que estamos continuamente a merced de fuerzas que escapan a nuestro control.
La naturaleza del terror en ‘The Last of Us’
Cada soporte narrativo en ‘The Last of Us’ está impregnado de un sentido de desesperanza y sufrimiento emocional. Los Clickers, con su aspecto grotesco y sus sonidos desgarradores, simbolizan la pérdida. La amalgama de humanidad y monstruosidad sirve para recordar a los personajes —y a los jugadores— que lo que temen es, en última instancia, lo que podrían llegar a ser. La cloaca que bulle de degeneration, el eco que desata un pavor existencial, hace que cada encuentro con estos seres sea más que un mero choque físico; es un enfrentamiento con la propia fragilidad.
El diseño del terror
Desde el punto de vista del diseño del juego, los Clickers son un testimonio de la maestría en la creación de atmósferas de terror. Su apariencia es tan inquietante como fascinante; la piel descolorida y en descomposición, los ojos cubiertos por una capa de hongo, todo ello se combina para crear una visión que desafía las intuiciones humanas sobre la vida y la muerte. Su manera de desplazarse, deslizándose casi en un estado de trance, imita movimientos que algún día fueron naturales, ahora distorsionados por la infección.
Su sonido, una mezcla de chillidos y gruñidos, resuena como un eco de advertencia en una era donde la salvación solo puede encontrarse en la oscuridad. La incapacidad de ver, un simbolismo profundo en la narrativa, nos recuerda que a menudo somos guiados por nuestros propios instintos y temores, así como estos seres son guiados por su necesidad de sustento.
Reflexiones sobre la condición humana
La presencia de los Clickers nos invita a reflexionar sobre la naturaleza de la humanidad y los límites de nuestro propio comportamiento y moralidad. ¿Qué se necesita para sobrevivir en un mundo donde lo peor puede surgir de nosotros mismos? ¿Hasta dónde estaríamos dispuestos a llegar? Las decisiones que toman los personajes principales en ‘The Last of Us’ son un reflejo de esta lucha constante en la que el amor, la amistad y la sacrificio chocan con la lucha por la supervivencia. Los Clickers, en su silencio y su ataque, son solo un recordatorio de que el verdadero terror puede encontrarse en lo que podemos llegar a convertirnos cuando nos enfrentamos a situaciones extremas.
El legado del terror de los Clickers
En un marco de narración donde el horror se convierte en arte, los Clickers escapan de ser simplemente monstruos de un videojuego; se trascienden a un nivel más profundo, una especie de espejo en el que observamos nuestras propias debilidades y temores. Representan el despojo de la esencia humana y nos invitan a cuestionar nuestras decisiones en un mundo cada vez más incierto. En su esencia, el terror que representan se convierte en un símbolo poderoso del angustioso viaje de la humanidad en un espacio donde el amor y la desesperación caminan de la mano.
La experiencia de jugar y conocer a los Clickers nos sumerge en un relato que va más allá de los límites del terror: es un viaje introspectivo que explora la oscuridad que todos podemos albergar, recordándonos que, incluso en el apocalipsis, hay una chispa de humanidad que aún nos conecta. Así, en el ocaso de la humanidad, surgen en nosotros las preguntas más inquietantes y vitales: ¿Qué significa ser humano? ¿Y qué haremos para proteger ese rayo de luz en un mundo oscuro?
La narrativa mórbida de ‘The Last of Us’ no solo se convierte en una experiencia de juego; es un viaje hacia los rincones más oscuros de nuestra existencia, donde los Clickers son las sombras que acechan, invitándonos a mirarnos profundamente en el espejo del horror que, aunque ficticio, resuena con la verdad de nuestra naturaleza.
Nerea Valcázar ✨ es historiadora y divulgadora apasionada por los misterios que acompañan a la humanidad desde tiempos remotos. Su interés por el simbolismo y las leyendas populares nació en la infancia, cuando recorría con su familia pequeños pueblos donde todavía se contaban historias de brujas y espíritus.
Con el tiempo, este interés se transformó en vocación. Ha investigado en instituciones como la Biblioteca Nacional de España y archivos municipales, explorando manuscritos y relatos que reflejan la persistencia de la magia y lo fantástico en la vida cotidiana. Ha publicado artículos divulgativos sobre supersticiones en revistas culturales y ha participado en conferencias sobre mitología y tradiciones populares.
En Maestro Místico, Nerea escribe sobre magia, brujas, objetos y seres fantásticos, ofreciendo al lector una visión donde la historia y el mito se entrelazan para dar vida a los enigmas del pasado.
En su tiempo libre disfruta coleccionando ediciones antiguas de cuentos de hadas y recorriendo rutas nocturnas de leyendas urbanas.